Cine de terror clásico

El miedo y sobre todo el miedo a lo desconocido, está ligado fuertemente con la construcción social y política de una cultura y por ende las historias de terror han estado siempre presentes. Dado a este vínculo con la cultura y las costumbres de la época, no a todas las personas les dan miedo las mismas cosas. Este género que nació con el cine, y se popularizó mucho en los años 30 y 40, se caracteriza principalmente por nutrirse del espectador, de generarle fuertes emociones, incomodidades, preocupaciones, convirtiéndole así en un participante implícito.

El director recurre para eso, a crear atmósferas inquietantes, sombras, música, escenarios peligrosos y una fotografía adecuada para llevar a las personas a esa situación. Los personajes están ahí para ser víctimas del terror. La maldad en el cine de terror clásico se personalizaba por medio de fantasmas, vampiros, monstruos, brujas.

Por lo que se pueden agrupar en subtemas para presentar de una manera más organizada algunas películas:

Fantasmas y espíritus: que son las sombras de los muertos, que vienen a visitar lugares que habitaron y entran en acción, cuando quieren tomar posesión de espacios, seres vivos o almas.

Vampiros y zombis: este es un híbrido entre los vivos y los muertos. Aparecen los vampiros relacionados con el periodo de la cristiandad y la inquisición. Los zombis que provienen de los cultos vudú y se incluyen aquí las momias, como parte de la historia antigua de la religión egipcia. Aquí también podemos incluir a los Frankestein que son una especie de muerto viviente, por la experimentación de la ciencia

Las brujas y fenómenos satánicos: como una forma en que los seres humanos se relacionan directamente con el demonio.